Mucha gente ya sabe que este curso estamos de celebración en nuestro departamento, puesto que lo venimos anunciando desde el mismo día en que se produjo, en un artículo publicado en este blog el pasado mes de septiembre. En este caso se trataba de hacer un acto conmemorativo que pudiera perdurar en el tiempo y que fuera representativo de la actividad desarrollada en este medio siglo de existencia de la especialidad de Delineación de la Construcción y que actualmente se denomina Proyectos de Edificación, fruto de la última reforma educativa vigente en la Formación Profesional. También comentamos en su momento que la delineación, y por tanto nuestro departamento, se fundó mucho antes, con la delineación industrial, de lo cual ya incidiremos en futuras entradas en nuestro blog.
Para este 50 aniversario estuvimos barajando otras opciones, como la de realizar una transición desde nuestro actual logotipo hasta conseguir el número 50; pero no era representativo de la actividad realizada en todo este tiempo. Por otra parte las acciones realizadas durante el proceso edificatorio son tan variadas, que ensalzar algunas en detrimento de otras, tampoco resultaba representativo. El hilo conductor en todo este periodo de tiempo ha sido el de ofrecer formación de calidad a las personas que han querido adiestrarse en el desarrollo de proyectos arquitectónicos, al tiempo que se ha venido surtiendo al mercado laboral de técnicos/as altamente valorados en su desempeño profesional y por ahí deberíamos ahondar para encontrar el motivo de la celebración.
Durante estos últimos años han venido matriculándose en nuestro Ciclo Formativo de Grado Superior en torno a 50 alumnos; algo más de 30 en primer curso, y algo menos de 20 en segundo. Lo cual nos llevó a plantear una fotografía cenital formando el número 50, con 25 personas formando la cifra cinco y otras 25 formando el dígito cero. La primera opción fue diseñar un rectángulo áureo con una superficie de 50 m2, en el que se introducirían los guarismos 5 y 0, cada uno de ellos a su vez inscrito en un rectángulo áureo. Por otra parte, la idea original era contar con un dron para realizar la fotografía, pero la desechamos al contactar con un ex alumno (José Carlos) e informarnos éste de la prohibición de volar estos aparatos en núcleos urbanos y menos todavía sobre personas, bajo severas multas y retirada del carnet de operador de drones.
Planteamos sobre el papel un rectángulo áureo de 8,99 m x 5,56 m (50 m2) con unos rectángulos de 5,56 m x 3,44 m donde se inscribían los números 5 y 0. Vimos que se quedaba algo pequeño, puesto que íbamos a posicionar a personas adultas y queríamos disponer de algo de espacio para el movimiento; este modelo nos ofrecía una distancia entre puntos que estaba en torno a 60 cm, en el cero incluso algo menos. Mientras realizábamos estas pruebas, nos dedicamos a localizar posibles ubicaciones tanto del grupo de personas que componían el 50 como del fotógrafo, dirigido por el profesor del Dpto de Imagen y Sonido, Pedro Doña. Vimos que la localización que nos permitía mayor flexibilidad a la hora de dimensionar y posicionar el grupo de personas era el patio principal, en el lateral de la biblioteca, desde el techo de la cual se sacarían las fotos.
Los inconvenientes de esta localización, a priori, eran el exceso de luz por su orientación al sur y reflexión sobre el suelo del patio, puesto que la foto debería hacerse por la mañana. Otras limitaciones eran, la situación de las canastas de baloncesto, las porterías de futbito, el uso del patio como clase de Educación Física, las luces y sombras que producen los árboles del fondo sur del patio. Todos estos condicionantes sumados al de la escasez de espacio de la propuesta del rectángulo áureo nos llevaron a proyectar otros números, en los cuales, deberíamos mantener la anchura del conjunto, para que el fotógrafo estuviera lo más centrado posible respecto al número, y aumentar la altura de los dígitos 5 y 0, para garantizar al menos 70 cms de espacio entre puntos (personas). Así pues, el conjunto quedaría inscrito en un rectángulo de 9,00 m de ancho por 7,00 m de alto, del cual sacamos varios puntos y centros de replanteo para posicionarlo en el lugar concreto del patio donde se producirían las fotos.
En esas fechas había que contar con la climatología, que nos permitiera, ya entrados en otoño, trabajar durante una hora y media en el posicionamiento de los puntos, y sobre ellos la ubicación de las personas para obtener las fotos. Por otro lado, que el patio no estuviera ocupado con actividades del Dpto. de Educación Física o de profesores de guardia con grupos en las pistas de deporte. A todo ello había que sumarle que los horarios de Pedro Doña (fotografía) y mío fueran coincidentes, lo cual ocurría los martes y jueves después del recreo.
Tras algunos intentos fallidos por pronóstico de lluvia o exámenes de primera evaluación, el primer y único intento serio lo realizamos el martes 20 de diciembre. Ese día varios grupos de la ESO salieron del instituto a ver belenes en la ciudad, y otros grupos de Bachiller hicieron una excursión a Sierra Nevada desde primera hora de la mañana. Salió un día muy soleado, lo cual acentuaba el exceso de luz, muy cerca del solsticio de invierno (el día 21), además de adoptar el sol la posición menos vertical a las 12:00h del mediodía, hora a partir de la cual saldríamos a trabajar al patio. Por otra parte no podíamos contar con todos nuestros alumnos, puesto que algunos estaban terminando sus Prácticas en Empresas, y otros, los repetidores, no tenían clase ese martes. Para compensarlo vinieron algunos alumnos del año anterior que ya habían terminado, pero no hicimos un llamamiento a los ex alumnos ante la incertidumbre de concretar la fotografía, cosa que ya ocurrió el martes anterior, quizá por aquello de que fuera 13, en el que algunos ex alumnos vinieron pero no pudimos replantear los números por amenaza de lluvia.
En poco más de una hora y cuarto, dos equipos de replanteadores de primer curso (tan solo llevan con nosotros 12 semanas de curso), replantearon en el suelo del patio los números a escala natural y cada una de las divisiones en la que ubicar a cada persona. En menos de 5 minutos estábamos todos en nuestros puestos, y los pocos huecos que quedaron sin ocupar, los rellenamos los profesores y algunos alumnos que estaban con Marisa Aguilera (Dpto. de Informática) y Carmen Máximo (Dpto. de Orientación). Y en otros 5 minutos, el alumno de Imagen y Sonido, Daniel Chiaradon, dirigido por su profesor Pedro Doña obtuvo varias fotografías en las que cambiamos varias veces de postura. Unas veces de pie, otras con las manos arriba, otras sentados y por último alguna en grupo.
Más tarde, durante esa misma mañana, Daniel realizó las oportunas correcciones de luz y color para compensar los excesos de contraluz anteriormente comentados, obteniendo las estupendas imágenes que ahora podemos disfrutar. Finalmente nos quedamos con la que estamos todos sentados, es en la que queda mejor definido el número 50. ¿Os gusta como ha quedado?
Entendemos que la foto representa de forma concreta nuestra labor como formadores de personas y profesionales cualificados. La distribución de los asistentes por géneros es similar a la que se viene produciendo durante estos 16 últimos años entre nuestros alumnos, aproximadamente un 40% de mujeres por un 60% de hombres. La diversidad de colores se asemeja a la variedad de orígenes de nuestros alumnos; éste curso van desde Cómpeta a San Pedro de Alcántara, pasando por los pueblos del interior, como Campillos, Ronda o Mollina. También los hay de localidades tanto de provincias limítrofes como de fuera de nuestra comunidad autónoma e incluso de fuera de España.
En el apartado de agradecimientos nuevamente hay que destacar la colaboración de Pedro Doña y Alberto Ruiz, profesores de Imagen y Sonido, esta vez con su alumno Daniel Chiaradon, por la receptividad mostrada hacia nuestras propuestas, muchas de ellas no son fáciles de realizar; por “soportarnos” una vez más, sin su colaboración no podríamos hacer públicas muchas de las actividades que realizamos en el IES Politécnico Jesús Marín. Agradecer a Marisa Aguilera del Dpto. de Informática y Carmen Máximo del Dpto. de Orientación, por colaborar con algunos de sus alumnos y ellas mismas en la realización de la fotografía. Dar las gracias a Ester Baeza, profesora de Formación y Orientación Laboral (FOL), por sumarse a nuestra idea en cuanto tuvo conocimiento de la misma y a Víctor Frutos, profesor interino este año en nuestro departamento, por colaborar con su presencia en la realización de esta foto. También agradecer la atención y buen hacer de los alumnos que realizaron el replanteo (*), por no dudar en ningún momento del interés del proyecto propuesto y por la efectividad de su trabajo.
(*) Equipo de replanteadores:
Marina Doblado, Alejandro Fernández, Gabriel Gil, Javier Jiménez, Paco Leiva, Jean Luc Mougery, María Márquez y Fernando Nieto.
buen trabajo!! :D
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